lunes, 28 de mayo de 2012

Crisálida

Foto: Sasanba











 I.


Mis manos reviven recuerdos de cuerpos,
como en un desfile de calor sin piedad
que traiciona incesante,
La intimidad del desnudo del otro

Vértigo temeroso que se escurre entre mis dedos
Atrapo cuerpos, pierdo cuerpos
¿A dónde va cada mundo,
de gemidos, sus susurros y risas cómplices,
Hecho de mí y un tú?
¿A dónde va lo cercano cuando se aleja?

Mis manos tiemblan y se vuelven hacia dentro
¿Qué estoy haciendo?
¿Acaso hay algo que se está gastando en mi interior
cómo la  caricia que se agota en su repetición?
¿Acaso el frío del mundo me ha convertido ya en un insecto?
La piel se cansa, se irrita
Pero al despertar del sueño
Buscara de nuevo el calor
De la mano que primero calma 
y después hiere.



 II.

Me refugio en la crisálida
Me basta la tibieza
Me basta mi propio calor
Complacida veo mis heridas cerrarse
Y es suficiente

Me vuelvo sobre mí misma
observo un vano esfuerzo
por evitar la terca rueda de los amantes

Vana resistencia,
pues se que tarde o temprano
volverá a atraparme
la seducción de la intensidad.

1 comentario:

  1. Llegué de casualidad (buscando el nombre de mi propio blog) lei "Crisalida", me gusto. Me atrapo tu frase "¿A dónde va lo cercano cuando se aleja?", lo senti propio, por eso la audacia de escribirte...buen trabajo Celia, gracias por la poesía

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